Solía recomendar este bar. De ayer en adelante recomiendo NO ir alli. Esta es mi historia:
El Sports Cafe de Amsterdam es un bar que tiene un montón de pantallas gigantes con eventos deportivos (más de 30 sin duda), una comida razonablemente buena a un precio no demasiado caro. Por eso pensé que seria un buen lugar para ver la final de campeonato de Europa de Baloncesto este Domingo. Me equivoque.
Llegamos 20 minutos antes de que empezara el partido, subimos a la primera planta, que es un poco más amplia. allí nos preguntan si queremos mesa.
– Si, queremos mesa, pero queremos ver el baloncesto.
– El baloncesto no lo ponemos en la planta de arriba, solo en la de abajo.
– Ok, hay mesas abajo para cenar?
– Si, si, sígueme
La primera planta tiene más de 15 pantallas, todas con fútbol, eso si, al menos había 3 partidos diferentes. Nos vamos abajo, nos sienta el mismo camarero, en 5 minutos pedimos la cena. Tenemos delante 4 pantallas con Fútbol Americano, la misma imagen en las 4. No veo baloncesto, pero aun es pronto.
Llega la hora del partido y ni tengo la cena servida, ni lo veo en ninguna pantalla. Pregunto a una camarera que pasa.
– Perdona, el partido de baloncesto no lo ponéis?
– Si, esta allí, en la pantalla de las escaleras. – Señala al fondo
– Y no lo vais a poner en alguna otra pantalla?
– Que yo sepa no.
– Cuando me sentaron aquí, dije claramente que quería ver el partido, de verdad que no lo vais a poner en ninguna de estas?
– Creo que no.
– Puedes pedirle al encargado que lo ponga, es que no voy a poder cenar y ver el partido a la vez?
– Ok
Sabiendo que eso no funcionaria de manera inmediata, me fui a ver el partido a las escaleras, las cuales están en una esquina del bar. La cantidad de gente que habia alli era increíble.
Parecen unas gradas, pero son unas escaleras de aluminio en las que se te queda el culo helado y cuadrado, justo al lado de una puerta (abierta) y las camareras pasan por delante, chocandose con la gente. La situación es de todo menos glamourosa.
A mayores me doy cuenta de que la pantalla de las escaleras solo se puede ver -obviamente- desde las escaleras. No hay ninguna mesa desde la que poder ver el partido, ni libre ni ocupada.
Allí había un “encargado” con el que tuve la siguiente conversación:
– Por que no hay baloncesto en otras pantallas?
– El baloncesto solo se pone en esta.
– Ya me ha percatado de ello, pero por que?
– Porque si.
– Esto es una final de un Europeo.
– Finales o no, nos da igual.
En ese momento llegó mi cena, había que elegir entre ver el partido o cenar caliente, así que elegí la comida.
Cuando la camarera volvió a preguntar si todo estaba bien le repetí que no. Que no podía ver el baloncesto y cenar a la vez, que por favor le hiciera saber al encargado que tenían un cliente muy descontento. Que entendía que ella no tenia la culpa, pero quería hacer notar mi descontento.
Tras terminar la cena me levanté de la mesa y me volvi en las escaleras, me habia perdido casi toda la primera parte y era el descanso. Era de total absurdo el ver que había mucha más gente atenta a esa pantalla que a cualquiera de las otras de la planta baja, pero a nadie le importaba.
En breve se me acerco la camarera a decirme que tenia que pagar para que otra persona pudiera ocupar mi mesa, así que lo hice. Luego pensé que no debería haberlo hecho, esa pudo haber sido la única manera de hacer aparecer a un encargado.
Puedo entender que no le den importancia al baloncesto y que solo lo pongan en una pantalla.
No acepto que diciéndolo EXPLÍCITAMENTE cuando nos sentaron, me mientan, o que no sepan que en la planta de abajo todas las pantallas menos una son de Futbol Americano.
Si me lo dicen de antemano elijo ver baloncesto, cenar o irme a otro sitio. Si no me lo dicen me están engañando. La falta de atención posterior es bastante normal en este país, pero tampoco me parece forma de tratar a tus clientes.
Al menos fue un buen partido y España ganó su segundo europeo consecutivo, gracias a eso mi cabreo fue bastante menor.
En resumen, nunca más llevare a nadie a ese bar e intentare que nadie más lo haga.
